Juan van der Hamen y León

(Madrid, 1596 – Madrid, 1631)

Biografía

Este destacado bodegonista hispano-flamenco del siglo XVII, perteneciente al círculo de Lope de Vega, ejemplifica las fructíferas relaciones artísticas entre España y los Países Bajos durante el Siglo de Oro español.

Juan era el tercer hijo de Jehan van der Hamen, caballero nacido en Bruselas pero vástago de una familia procedente de Vleuten, en la provincia de Utrecht, donde todavía se pueden admirar los restos de su casa señorial, la Torre de los Hammen o Hamtoren. Ya en época de Carlos V, una rama de los Van der Hamen había dejado sus posesiones ancestrales para seguir a los Habsburgo a la corte de Bruselas. Por ello, los Van der Hamen hispano-flamencos son un buen ejemplo de pequeña nobleza de los Países Bajos que permaneció leal a la causa española, aunque procedieran originalmente de las provincias rebeldes del norte de los Países Bajos.

A finales del siglo XVI, Jehan estaba instalado en Madrid con un puesto que atrajo a numerosos flamencos a la capital castellana: Jehan formaba parte de la prestigiosa guardia de corps del monarca, la Guardia Flamenca de los Archeros Reales los Archeros de Borgoña, en la que años más tarde entraría el propio Juan. Jehan vivía con su familia en el suroeste de Madrid, cerca de la plaza de la Cebada, en la parroquia de San Andrés, donde habitaba la numerosa colonia flamenca madrileña, y fue en estos círculos flamencos donde encontramos la mayoría de sus relaciones sociales.

Allí nacieron sus tres hijos, los tres importantes intelectuales. El mayor, Pedro, compuso unos Pedazos de historia y de razón de estado (1624) en parte traducidos del francés. El segundo, Lorenzo, destacó como humanista e historiador, escribiendo numerosas obras de éxito. Por último, Juan, combinó su oficio de pintor con incursiones en la poesía, siendo, por su educación, inclinación y amistades, un artista que unía los mundos de la literatura y la pintura. Por ello perteneció, junto con su hermano Lorenzo, al círculo de amistades de Lope de Vega.

De hecho, conservamos tres referencias de Lope a Van der Hamen en el escaso tiempo de seis años. La primera es un soneto incluido en La Circe (1624):

A Juan de Vander Hamen Valderrama, pintor insigne.

Soneto.

Al Olimpo de Júpiter divino,

donde rayos de sol forman doseles,

a quejarse de vos oh nuevo Apeles,

con triste voz, Naturaleza vino.

Dijo que vuestro ingenio peregrino

le hurtó, para hacer frutas, sus pinceles;

que no pintáis, sino criáis, claveles,

como ella en tierra, vos en blanco lino.

Júpiter, las querellas escuchadas,

hizo traer un lienzo, y viendo iguales

con las que ella crió las retratadas,

mandó que vos pintéis las naturales,

y ella pueda sacar de las pintadas,

quedándose en el cielo, originales. [La Circe: 739-740]

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La segunda aparece en la silva IX del Laurel de Apolo (1630), en el contexto de una alabanza de varios pintores (Vicencio Carducho, Eugenio Cajés, Antonio Lanchares, Juan Bautista Maíno) que, en representación de su arte, llegan al Parnaso: [. . .] porque es razón que participe / del laurel la pintura generosa [. . .] [vv. 161-162]. Entre ellos marcha también Juan van der Hamen:

Van der Hamen, a quien Flora

sustituyó el oficio del Aurora. [vv. 168-169]

Por último, Lope vuelve a celebrar a Van der Hamen en un soneto incluido entre los poemas finales del mismo Laurel de Apolo :

A Juan de Vander Hamen, pintor excelente

Si cuando, coronado de laureles,

copias, Vander, la primavera amena,

el lirio azul, la cándida azucena,

murmura la Ignorancia tus pinceles,

sepa la Envidia, castellano Apeles,                                         5

que en una tabla de tus flores llena

cantó una vez burlada Filomena

y cercaron abejas tus claveles.

Pero si las historias vencedoras

de cuanto admira en únicos pintores                                             10

no vencen las envidias detractoras

y callan tus retratos sus favores,

vuelvan por ti, Vander, tantas Auroras

que te coronan de tus mismas flores. [págs. 698-699]

Estas insistentes alabanzas de Lope demuestran hasta qué punto los artes pictórico y literario estuvieron conectados en la época, y sobre todo en Juan van der Hamen. Palomino resalta en este artista precisamente esta unión de literatura y pintura: hizo extremados versos castellanos, con que probó el parentesco que tienen la Pintura y la Poesía [Gállego, 1976: 132]. Sin embargo, pese a esos versos que no se han conservado Van der Hamen fue célebre fundamentalmente por su habilidad como pintor, oficio que desempeñó y que, junto con su puesto en la Guardia de Archeros, le permitió ganarse la vida holgadamente.

Con estos ingresos, Van der Hamen pudo casarse con una madrileña y establecer casa propia, ya lejos del barrio flamenco en que nació. Su temprana muerte, en 1631, le impidió incorporarse plenamente al elenco de grandes intelectuales del Madrid de la época.

Como pintor, Van der Hamen también combinaba los mundos flamenco y español, pues aunque se educó y aprendió el oficio en Madrid sus cuadros denotan claramente la influencia de la pintura flamenca de la época [Jordan, 2005: 24-25; Palomino, Las vidas : 73). Concretamente, el hispano-flamenco destacó como bodegonista y retratista, consiguiendo ser especialista en bodegones el primer especialista en este género en España ya a comienzos de los años 20 [Jordan, 2005: 61; 73]. Van der Hamen usó sus bodegones como un modo de aprovechar el mercado de arte, como una new commercial opportunity, as a genre to be exploited for the painters livelihood, haciéndolos por encargo, pero también ofreciéndolos directamente a la venta en su obrador [Jordan, 2005: 74-75].

Van der Hamen explotó a fondo este nicho que le ofrecía el mercado de arte de la época, imitando modelos de los Países Bajos pero combinándolos con la peculiar tradición del bodegón español (Juan Sánchez Cotán, Juan Fernández el Labrador). Con estas ricas influencias, Juan van der Hamen alcanzó un estilo muy reconocible y exitoso, tanto entre su propio público del Madrid del siglo XVII, como entre el público de nuestros días.

Además de en estos bodegones, la mayor parte firmados y datados, Van der Hamen destacó en otro género muy semejante, de inspiración flamenca, los floreros. De éstos conservamos bastantes, tanto floreros puros como combinaciones de floreros con figuras, como la famosa Ofrenda a Flora (1627) que se encuentra en el Museo del Prado, o como los famosos cuadros en trompe loeil que pintó para el flamenco conde de Solre (1625-1630, Museo del Prado).

Además de bodegones y floreros, Van der Hamen produjo notables retratos, como el del propio conde de Solre. Entre ellos destaca la impresionante galería de retratos de intelectuales que el pintor tenía en su obrador, a la vista del público madrileño que se interesara en sus cuadros. Entre ellos destacan el retrato de su hermano Lorenzo van der Hamen, o el del erudito Francisco de la Cueva y Silva, también perteneciente al círculo de Lope. Además, la galería contaba con retratos de escritores tan eminentes como el propio Lope, Quevedo, Góngora y Juan Ruiz de Alarcón.

Pese a estos grandes retratos, Van der Hamen era conocido, entonces como hoy, por sus bodegones, como muestra un soneto que una mano airada lanzó a través de la ventana de la casa de Lope de Vega en 1628, y en el que se llamaba despectivamente a Van der Hamen: pintor de castañas y de nabos [Paz y Meliá, 1899: 365]. Hoy conserva con justicia la fama de gran bodegonista, sólo que, a diferencia del siglo XVII, en la actualidad no tenemos ningún prejuicio desfavorable al género del bodegón.

Antonio Sánchez Jiménez

Universiteit van Amsterdam

Obras citadas

Gállego, Julián [1976], El pintor, de artesano a artista , Granada, Universidad de Granada, 1976.

Jordan, W.B. [2005], Juan van der Hamen y León and the Court of Madrid , New Haven, Yale University Press, 2005.

Palomino, Antonio de, Las vidas de los pintores y estatuarios eminentes españoles , Londres, Henrique Woodfall, 1744.

Paz y Meliá, A. [1899], Carta autógrafa de Lope Félix de Vega Carpio, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 3 (1899), págs. 365-366.

Vega Carpio, Lope de, La Circe , 1624, en Lope de Vega. Poesía, IV. La Filomena. La Circe , ed. de Antonio Carreño, Madrid, Biblioteca Castro, 2003, págs. 351-747.

, Laurel de Apolo , 1630, en Lope de Vega. Poesía, V , ed. de Antonio Carreño, Madrid, Biblioteca Castro, 2004, págs. 439-701.